Charlando con la del espejo

Charlando con la del espejo

¡Ay! Rosmery, Rosmery hasta cuándo con esa mala educación de creerte que las ilusiones son tuyas cuando no la vives ni en el vaso de donde bebes.
Hasta cuándo viviendo de la fantasía, hasta cuándo haciendo monólogos con el espejo.
Tan humana eres que prestas las emociones a un “hola, estás bella”; sólo eres una ligera pluma que improvisa vuelo.
Volatilizas como siempre, ¿qué esperas de la vida, Que te atropelle el tranvía de los recuerdos?
Estúpida niña ¿por qué no ves que no eres?
Qué pasa contigo crees que eres la única que sufres, ¡no! No te creas tanto.
Lo que me interesa saber es por qué desperdicias el tiempo y las neuronas en él, así eres de de estúpida que no ves lo que está enfrente de tus narices, ¿Cuál calificativo te queda?
No sabes que el desprecio sonríe, pareces cucaracha que entre más la van pisando más va agarrando para el zapato.
Escúchame por un momento, sé que llorar es bueno permite que los ojos se humedezcan, sí, sé que tienes pedazos de tu corazón en la mano, pero por favor atiende mis consejos.
Grita y espanta a los grillos de la noche para que los fantasmas desaparezcan; atiéndeme, colócate en la cama en posición fetal y te darás cuenta como el dolor se calma.
Yo: Entonces trataré de morir en esa posición, es más fácil y me anestesio de una vez y por todas.
Tonta niña, vive la realidad conmigo, ven, ven acá en este lado del reflejo.