Destiempo

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Destiempo

Se deshoja la margarita, los ojos
se enjuagan, las horas titiritan
esperando el desenlace que arroja
este suspiro de ti,

de tus suicidios y de mis tantas
muertes, pero, vuelves, vuelvo, es
un ciclo caótico y hasta voyeurista ;


sigo hundida en tus necesidades
que son mis casualidades en este
camino de agua.


Me despliego ante tus conclusiones,
ya no es nueva la idea de procrearte
en mi vientre de fantasía.

No es fácil respirarte en la
volatilidad del aire aunque siempre lo
intente y caiga en la decepción de ser
oxigeno concentrado.

Nunca fui mía, ni cuando pecaba de
acaparar mis conflictos yoicos.

Siempre fui un gesto que iba en tiempo
vencido y de la mano con esta plegaria de
ausencia donde quema tu nombre,
donde me intento armar como pieza de
rompecabezas….

Volátil

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Volátil

El mito de tu verdad ya
no traspasa el equilibrio de
mis dudas.

Mis ocasos hoy son galería
que
rasga este templo, son bitácoras
de sueños en un eclipse de pieles
cuadriculadas en los intentos.

Los obituarios se asoman de a
poco
sólo llevando el epitafio a cuesta:

"descanse de aquella muerte lenta y
bendito sea el nombre que devora
la euforia".
Las plegarias son pocas,
la volatilización es la dueña de mis pies
que se derriten al calor del asfalto
( ya los zapatos son de hielo)


La huella se hace añicos
en esta línea donde es prohibido
caminar;

sólo se vuela aunque la
inmortalidad juegue en los azares
del riesgo…


En la eternidad de los desiertos…

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EN LA ETERNIDAD DE LOS DESIERTOS

Sumergida en tus ocasos
donde soy frágil al reverso
de tus labios.

Hoy como siempre me posiciono
en estos bordes que sólo
saben amarte, en la tragedia que me
regalan las deudas, en la
piel de tu ausencia.

Cuadriculándome en los intentos,
cuando las líneas de las manos se
van borrando para prestarme una
caricia a la etérea perfección de
mis opuestos, tú,

-----------en mis discusiones,
en la sombra de los
espejos.

Comprenderte
en la distancia, mirando
esa parte tuya que me vulgariza,

en la algarabía de la
soledad cuando nos amamos
en el otro lado del arco iris sólo
que hoy no llueve,

_______________hoy no nos llueve en esta
________________eternidad de desiertos...

Aferrándome

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Aferrándome

Hoy me aferro a esta estructura
rígida en la que se envuelve mi
ecosistema selvático en muchas
imperfecciones de ti;

tan disciplinada en este amor
que me ciega y me tartamudea.

En mi entorno de abandono sólo
existe el exilio de tu nombre,
la extensión de mis fantasías en el
despertar de las madrugadas

compartidas.

-al espiral de las sábanas-

Saber que puedo morir contigo

y sin ti es aferrarme con el cordel
que me deja el aleteo de la mariposa
en la fragilidad de esta sensación,
………………e
……………..b
…………….u
…………....s
----que
……….-------.b
…………...-------a
……………….------j
……………………---a
que
……..pende
del equilibrio de mis riesgos.

Charlando con la del espejo

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Charlando con la del espejo

¡Ay! Rosmery, Rosmery hasta cuándo con esa mala educación de creerte que las ilusiones son tuyas cuando no la vives ni en el vaso de donde bebes.
Hasta cuándo viviendo de la fantasía, hasta cuándo haciendo monólogos con el espejo.
Tan humana eres que prestas las emociones a un “hola, estás bella”; sólo eres una ligera pluma que improvisa vuelo.
Volatilizas como siempre, ¿qué esperas de la vida, Que te atropelle el tranvía de los recuerdos?
Estúpida niña ¿por qué no ves que no eres?
Qué pasa contigo crees que eres la única que sufres, ¡no! No te creas tanto.
Lo que me interesa saber es por qué desperdicias el tiempo y las neuronas en él, así eres de de estúpida que no ves lo que está enfrente de tus narices, ¿Cuál calificativo te queda?
No sabes que el desprecio sonríe, pareces cucaracha que entre más la van pisando más va agarrando para el zapato.
Escúchame por un momento, sé que llorar es bueno permite que los ojos se humedezcan, sí, sé que tienes pedazos de tu corazón en la mano, pero por favor atiende mis consejos.
Grita y espanta a los grillos de la noche para que los fantasmas desaparezcan; atiéndeme, colócate en la cama en posición fetal y te darás cuenta como el dolor se calma.
Yo: Entonces trataré de morir en esa posición, es más fácil y me anestesio de una vez y por todas.
Tonta niña, vive la realidad conmigo, ven, ven acá en este lado del reflejo.

Cartas a él

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Cartas a él IV

Cielo mío:

Ya soy más detallista en los adjetivos creo que te has dado cuenta.

Llevo dos mil novecientos veinte días sin ti, setenta mil ocho horas pensando en como habría sido mi historia contigo, cómo hubiese sido el reflejo que hoy no calla en el espejo. Perdóname amor pero las matemáticas no mienten y los tantos vacíos si que menos.
Llevo enésimos minutos tratando de averiguar las teorías que conceptúan concebir el pensamiento sin ti y tratando de estar en un respiro ambiguo, más sin embargo me quedo en mis intentos, imposible estar con tu ausencia aunque siempre lo hago , así que ya no me sorprende esta mala costumbre. Constituirme de ti en mis atardeceres ya no es otra cosa más que permutar las alas para volar entre los límites de mi conciencia que sólo repiten y repiten tu nombre y estos ojos que no dejan de llorar en la definición de los sueños.
La utopía de encontrarte y perderme en ti sólo me hace sumergirme en tus lagunas donde se nos arrancan las manías de estar sin nosotros.
Y de nuevo me posees en los pensamientos, en la omisión, en los callejones que arrinconan al final de la sin salida donde es humo el miedo de presentirte.
Lastimosamente para mí mi historia comienza contigo y termina con un te amo en los labios.

Abandonándome

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Abandonándome

Hoy tengo esas ganas de abandonarme de mí y hacer de estos siglos de nostalgia una soledad que sólo queme en el vacío de quererte; sí, sólo se aprende cuando la espera es liquida, sólo
se nace cuando nos conocemos pero dime tú cómo nazco sin ti, sin ese calor de tus brazos.
Hoy brillas con el desvelo produce no tocarte, con el suspiro de no tenerte y el reflejo de tu silencio bordeándome por la esquina del beso.
La depresión es inminente en las horas muertas, en los callejones, en el asfalto donde pesan los zapatos, en la algarabía de los grillos, en el momento de tenerte así sea en el deterioro de este corazón, en los peces que nadan por mis venas, sólo allí.
¿Sabes? Siempre me permito dármelas de prodigio ambulante mientras mis plegarias sólo te nombran.
¿Dónde estas?
Sí, sí estás allí donde dueles, donde la tormenta sólo se calma en un beso de agua; no te lo he dicho pero siempre quedas como el respiro de las estrellas, como la risa de un niño, como la fantasía del verano, sigues allí donde me llueves lo único que no sabes es que aquí, aquí es desierto.
Hoy te mentí cuando dije no te amo, no es cierto, hoy más que todos los días, más que todo el pasado te amo, te amo en la ausencia que me arde, en la comprensión de tus dedos, en el recorrido que hacen mis hormonas al llegar al centro donde vierte en deseo, donde se hace nombre, donde se hace humo en este encierro, me doy miedo en esta sensación, no sé si hacer de esta fiebre cenizas o seguir hundida en el lodo de mis abandonos.

Cartas a él

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Cartas a él III
Amor mío:

¡Vaya nunca te había saludado con esa expresión!
En este último tiempo te he escrito más de lo que yo misma creí que escribía.
Creo que es la madurez que me ha dado el sufrimiento la que me enseña a plasmar lo que soy entre los instantes de efervescencia; cuando la euforia quiebra mi voz, quiebra mis pensamientos y hace que esta cicatriz se descomponga y vuelva a doler, sabes ya estoy harta de que todo me duela, es más creo que ya no siento más dolor, ya es anestésico pensar en ti o al menos eso quiero creer.
Cada vez que intento suicidar un pensamiento tuyo es como asesinar una parte mía y hasta mejor resulta porque te deshago y te vuelvo a hacer a mi antojo y hago de cada pensamiento algo íntimo donde aprendo lo que eres, donde aprendo lo que soy.
La madurez que me da el hoy me confirma que puedo dejar de pensar en ti sin que me lastime, un poder que me permito como parte inmune a la esquina del pecho que no hace más que cabalgar en los segundos de tragedia que siempre sucede a mi alrededor, en la sombra de los espejos.
Nunca me fijé en los detalles, fue tan poco el tiempo en que nos amamos que todavía no sé porque hoy te has apoderado de estos recuerdos, será la emoción de que me buscaras, será que entre tanta soledad es la sensación de ti la que me hace dar uno que otro paseo alrededor del arco iris.
Hoy llueve afuera. Las lágrimas que he derramado hoy es simplemente el dolor de haber llegado en tiempo de vencimiento a tu costado, de saberme que no soy quien en el pasado logró humedecer tus latidos, pero quedan los hábitos para al menos tratar de parecer que nada pasa.

Amándote en ausencia

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Hoy como siempre amanecí con ganas de amar tu ausencia, ya no hay más costumbre que esa, ya no sé como explicar este amor en vacío, no sé ni llamarte por el nombre que mereces.
Creo que son los instintos de mí los que me bordean en capa donde las grietas son los sudores que me dejan entre sus líneas, no es la misma cosa vivir entre miedos que tener miedo a vivir, no, no creo que sea miedo a amarte en tu ausencia es más bien la única forma que encuentro de respirar este aire de ti.
No es despertar sin aromas, es despertar con tu aroma haciendo de mis hormonas una tormenta que brama entre las sábanas, es recuperarte entre los riesgos de estar sin ti, es amontonarme en los siglos de mis horas cuando el ejemplo más exacto es rodearme de una porción de tus labios.
Ya no sé cómo llamarte entre mis defectos, recuerdos, catástrofe o simplemente marca exclusiva en mi ecosistema selvático.
Darte o prestarte cada uno de mis fenómenos es cuadricularme en la idea de abstraer cada uno de tus pliegues, de mirar cada uno de tus ojos y que los párpados se te cierren automáticamente para no mirarme, dices que te entristeces mirarme llorar cuando el frío se me enreda por las mejillas.

Cartas a él

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CARTAS A ÉL II

Las malas decisiones de ayer sólo han dejado añicos de mí sobre tus manos, hoy te cancelé la deuda, la explicación ya está dada sólo que ni yo misma la entiendo ¿la entendiste?
Hoy soy diferente lo sabes, te lo dije no soy la misma que dejaste, no soy la misma que guardas en tu memoria, no soy la misma que quedó con una lágrima a flor de piel mientras por la ventana del taxi te alejabas, te alejabas, el adiós en ese entonces fue un hasta luego, Rosmery yo vuelvo, yo te amo y por eso te juro que vuelvo....
Todavía te espero aunque aquella carta diga lo contrario, siempre te esperé, sólo que entre esas largas horas, entre esos eternos ocasos quedé como estatua, pero para qué llorar cuando ya hoy no soy lo que creía ser, para qué cobijarte de nuevo. ¡Ah! Pero creo que mi naturaleza masoquista hace de mis sueños compartimientos tuyos, bordes donde tus besos son el límite, la esquina, la piel.
No, no puedo ser la misma; hoy recuerdo nuestras tardes a la orilla del mar, fantástico paisaje te gustaba sólo que nunca me lo dijiste hasta hoy cuando me dices que me amabas, y un te amaba ahora es más que eso, soy trágica así que no me creas, trato de que todo me duela en la profundidad de este centro de latidos para sentir, sentir que al menos siento....

Cartas a él

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CARTAS A ÉL I

Hoy me encuentras cuando la fragilidad juega en una sonrisa de papel, cuando la lágrima es cotejo de una emoción que creía vencida en los callejones ambulantes del pasado, me buscaste o me intuías en la mala costumbre que hace de la tragedia la punzada álgida en el intento de las explicaciones, explicaciones que son hipótesis que dejan la dudas del no amor, de parecer que nada pasa y sabes me pasa todo.
Sólo llegas a saldar deudas, me dices estaba dispuesto a darlo todo por ti, ya no sé que sucede en esta demencia que me queda entre estas paredes de humo, hoy me duele el hecho de que me digas fuimos, el hecho de que me digas: ¿sabes Rosmery? Te amaba.
Hoy duele la conjugación en pretérito, duele saber que sólo fuimos y que ya no somos ni trémula sensación en esta eternidad de desierto.
De las cenizas que hoy somos, me prestas el aliento sólo para darle una ilusión de vida a esta muerte que me llama a habitarle entre sus rituales. Perdona mi cielo pero no puedo pintar una sonrisa cuando me estoy desmoronando.
Enfriarme con el hielo que deja tu nombre o quemarme con la fiebre que me produces, ya hoy es lo mismo, me has dejado con el dolor que causa la ausencia, pero hoy todo es autoprovocado, yo hice de tu ausencia un festín de lágrimas y hoy, hoy sólo me queda la costumbre sin ti.
Abandonándome en unos cuantos litros de alcohol sólo para sentir que siento es masoquismo, lo sé, aunque este dolor que provocas en los besos que dejé que se convirtieran en polvo o en el sentir que estas manos algún día te tocaron, te amaron, es quimera y pensar que hoy no son más que líneas que se quedaron habitando los silencios pero contigo es simplemente desoladora panorámica de ausencia, sin ti, sin mí y sabes me arde ¡carajo si que me arde!