Amor de hoy, de ayer, de siempre…

Amor de hoy, de ayer, de siempre…


Hoy te nombro en mis hábitos,
en los que no te olvidan, en los que se
balancean en el centro de latidos como
aquel recorrido al centro apocalíptico
del silencio.

Me sobrevives en la piel del beso,
en la grietas del miedo, en las siluetas,
en los azares que nos prestan las
emociones,
en el techo del mundo donde
volatilizamos nuestras pesadumbres,
en el deseo de ser ocaso en rasgaduras
del tiempo.

Te recuerdo como el primer día,
como aquellos días cuando llovíamos
en pleno desierto.

Nos amoldamos perfectamente en las
vocales de esas cuatro letras que hoy
duelen pero que te sienten, como ayer,
como hoy como siempre;


mientras, el corazón se inflama en el
surgimiento de ti, en los tantos bordes
lunáticos donde te amé, donde te amo,
donde te amaré...