Minúsculo deseo


Minúsculo deseo

Andan los límites regalando un
suspiro tibio donde la aurora
muestra su cara de preñez,
esa cara de fecundidad y me digo:

por las lágrimas que se secan, por
el soliloquio de este momento, por
los hijos que aún no nacen que mi
razón más certera será mi faz de congoja.

Los síntomas del amor se presentan de
vez en cuando, cuado el silencio hace
lo suyo en este cuarto donde las paredes
son de humo y el vértigo es pendiente
de mortaja.

La bifurcación es exhalación de las
tantas libido y es allí donde siempre
queda; después de tanto eco queda
silbar y plagarme a los tantos resquicios
que deja la fiebre de presentirte…